Vas a tener que empujarte a seguir. Un poquito más de la costumbre en esos días grises donde la lágrima se esconde detrás del ocular y brota cuando lavas los platos. Vas a tener que empujarte y seguir. Porque es así, el proceso es largo, el camino es duro, los senderos peligrosos, los amigos pocos, la competencia mucha. Pero ahí tenes que estar, levantandote como siempre con energía y aún sin ella simular que está para estimuarte a continuar. Porque no podes rendirte. No ahora, con la mitad del recorrido caminado. Todavía no llegaste a la cima, pero estás cerca. Desde acá se siente el hielo bajar de la montaña. Seguí, pequeña, que el mundo te espera. Al final del día están siempre los mismos, No confíes en cada persona que se te cruce por más lucecitas que tenga. Sé sabia, No inteligente. Decidí con firmeza y caminá por el camino que vos elijas. Porque de eso se trata, de elegir tus propios caminos, de caminar por tus propias veredas, de ayudar al resto, de escucharte a vos, de ll...