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Refugio

Dejé de juntar palitos para otros, y empecé a juntarlos para mí.                                                De ahora en más, yo sería mi propio refugio.
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Seguir

Vas a tener que empujarte a seguir. Un poquito más de la costumbre en esos días grises donde la lágrima se esconde detrás del ocular y brota cuando lavas los platos. Vas a tener que empujarte y seguir. Porque es así, el proceso es largo, el camino es duro, los senderos peligrosos, los amigos pocos, la competencia mucha. Pero ahí tenes que estar, levantandote como siempre con energía y aún sin ella simular que está para estimuarte a continuar. Porque no podes rendirte. No ahora, con la mitad del recorrido caminado. Todavía no llegaste a la cima, pero estás cerca. Desde acá se siente el hielo bajar de la montaña. Seguí, pequeña, que el mundo te espera. Al final del día están siempre los mismos,  No confíes en cada persona que se te cruce por más lucecitas que tenga. Sé sabia, No inteligente. Decidí con firmeza y caminá por el camino que vos elijas. Porque de eso se trata, de elegir tus propios caminos, de caminar por tus propias veredas, de ayudar al resto, de escucharte a vos, de ll...

Quereme

aprendé a quererme con mis cicatrices que queman con los roces de las hojas, Aprendé a quererme aún sabiendo cuánto pesa la razón por sobre el corazón. Quiero que aprendas a quererme, con mis defectos. Ojalá me quieras, quiero hacerte verso en cada poema que libero; quiero que tus besos sean los versos de la cotidianidad que abruman las rutinas, que callan los otoños, y que resguardan en los inviernos. Quiero que me enseñes a descubrirme a quererme y a quererte. Yo ya te quiero pero vos ¿te animas a quererme?

Dónde estás

Encuentro consuelo al pensar si alguna vez sabrás todos los poemas que te dediqué y nunca llegaste a leer. Me pregunto si sabes que guardé tus caricias en el papel y tus casibesos en mis labios sellados.  Como secretos incapaces de pronunciarse. Me cuestiono dónde quedó tu valentía, para tomarme de la cintura y ayudarme a acallar mis palabras. Dónde quedó el amor, imploro por las noches. ¿Dónde estás, amor mío? En mis poemas no te encuentro más.

Textos de medianoche

 Abrazar la almohada  Para no caer En la farsa de tus brazos. Hundir la cara Hasta no sentir oxígeno Para no pensar(nos). Juguetear con la sábana Pensando que es tu pelo. La cama. Textos de medianoche. 

Lo que no me animé a decir

En mi panorama, solo tengo ojos para vos. Te acaricio el pelo con ternura y te digo que estés tranquilo, que sí vas a poder. Que no tengas miedo, que acá te estamos esperando con un abrazo y el corazón abierto. Mientras mis dedos delinean tu oreja, trato de llamar la atención de tu mirada perdida en el horizonte. Tenes miedo. Con el tiempo aprendí a leerte. Me quedo en silencio admirandote. ¿Alguna ves pensaste lo tierno que sos? Estas aprendiendo a poetizar la vida y a poner en palabras eso que no sale en la práctica. Yo le sigo dando caricias a esa cabeza que te tortura y te lastima. ¿Quién te enseñó a ponerte tanta presión? En tus palabras encuentro consuelo al darme cuenta que hay alguien que piensa parecido a mí. Me devuelve la esperanza saber que aún hay soñadores en el mundo. En tus abrazos encuentro calma, y esa sin intención tan intencionada, de sintonía, de palabras. Me transmitis tanta calma que me adormeces, en una realidad donde se me exige estar despierta todo el tiempo. ...