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Mostrando entradas de abril, 2022

Quiero...

Lo que yo quiero es poder dormir bien. Poder dormir para poder soñar, sobre aquello que no logré alcanzar. Quiero dormir para que mi mente me deje de torturar y me permita avanzar; quiero crecer, quiero volar. Quiero sentir que puedo vivir. Quiero oír a los demás, quiero que los demás me oigan. Quiero recorrer el mundo arriba de un avión, pero ahora tengo que conformarme estando enfrente de un televisor. Quiero amar y ser amada; quiero conectar con alguien y sentir que tengo alas. Quiero ver para atrás y reconocer todo el camino que ya crucé. Me quiero felicitar y me quiero mejorar. Me quiero permitir como el cielo ser, me quiero permitir cambiar; me quiero permitir aceptar. Me quiero organizar en algunas cosas y desorganizarme en otras. Quiero disfrutar el pequeño placer del caos, pero del orden mental. Quiero tomar mates en clase y también caer el Axel. Quiero, quiero, quiero... ¿Me quiero?, ¿te quiero?, ¿me querés? Si no te llamo objetivo, ¿venís a mi?, ¿o tengo que ir a alcanzarte ...

Mientras siga viendo mi cara en la cara de la Luna

Ser como la Luna, pero no llamarse como ella. Eso es algo que creo que todos los seres humanos tenemos en común.  La Luna se muestra de a partes, y nos oculta otras. Ser como la Luna significa permitirse no siempre mostrarse lleno, sino que de a partes, de acuerdo a cómo estemos.  Si bien nos parecemos a la Luna, también es cierto que nos diferenciamos de ella; es decir, ella se muestra ante todos igual, en cambio nosotros según el entorno podemos cambiar. La Luna es mi compañía en mis desvelos nocturnos; a veces salir a observarla me hace llenarme de calma. La Luna es mi guía, quizás por eso cuando era chiquita me ponía triste cuando no la veía. La Luna es un reflejo de lo que somos. La Luna siempre está acompañada: por las estrellas, por la Tierra, por nosotros. ¿La Luna nos acompaña o nosotros acompañamos a la Luna? La Luna está en muchos aspectos de nuestras vidas: nos identificamos con ella, nos guía, nos abraza con su luz. Pero somos pocos los que podemos mirarla, identi...

¡Subí!

 --¡Dale! Subí el escalón. Pasa esta etapa.-- --No quiero. ¡¡Quiero quedarme acá!!-- --Dale, subí. Así vas a ser más sabia.-- --No quiero ser "sabia", yo estoy bien acá.-- --¿Por qué no queres ser sabia?-- --¡¡Porque me va a salir barba blanca!!-- --Dejá de decir pavadas y subí.-- --¡¡¡No!!!-- --No subas si no queres, pero el Tiempo te va a empujar...-- --Que venga el Tiempo ese, que todos dicen que quieren más.-- --¿Y vos no queres más?-- --Hay más tiempo que vida, Miriam. ¿Para qué voy a querer más? En todo caso que me den más vida para ganarle al Tiempo ese.-- --Ya sos sabia vos, eh...-- --¡¡Ay no!! ¿¡Tengo barba blanca!?--.

Sabiduría I

Mi fuente de sabiduría está en varios lugares: cada vez que suena el despertador a las 6 a.m. y comienzo mi día con un café con leche en la cocina. Está en las canciones que me acompañan camino a la escuela mientras miro el amanecer; está en cada mate que comparto con mi abuela, está en todos lados, pero a veces siento que no está en ninguno. Hay veces en las que mi sabiduría se agranda, y otras en las que se divide para compartirla con alguien más. No sé qué dicen los sabios, así que no sé qué me diría si fuese mi propia sabia. Probablemente me diría que mire para atrás y busque cada momento, cada charla y cada libro leído para ser más sabia. También me diría que, a veces, menos es más; que es mejor divertirse y un 7 sacar, a que tener un 10 pero sin uñas quedar... Disfrutar cada momento también es sabiduría. Sabiduría además es saber cuándo guardar, pero prepararse para estallar. Estallar también es sabio.  Sabiduría es tachar y volver a empezar; sabiduría es aceptar. En realidad...

Los monstruos detrás de las fotos

La vi y me comparé, ese monstruo me hizo dudar de mi ser. Ella ahí, tan linda; yo aquí, ¿tan fea? ¿Quién dice qué es lindo y qué es feo? me dijeron una vez, "la cantidad de likes", le contesté. Entre poses y filtros, todos mostramos alguna vez algo que no éramos. Este monstruo se suele presentar ante los adolescentes. ¿Sabes cómo se llama? ¿Lo instalaste alguna vez? Él, o ellos, son las redes sociales; el espacio donde por lo general dejamos de ser, y empezamos a alimentar un lugar del mal, para quienes no saben usarlas con responsabilidad...

Mis monstruos

 Él aparece por mi ventana, lo veo venir. Entra en mí en susurros acompañados del "no podes", y del "sos un desastre". Me quiere arrastrar con él, como en los viejos tiempos, me persigue. Le gusta aparecer de noche porque así, nadie lo ve.  A veces viene acompañado de otros monstruos escondido como emociones, ¿lo son? ¿O vienen a torturarme como de costumbre?  Él entra en mi cabeza con el "no puedo", lo que me deja en una nube gris, sin capacidad de vislumbrar aquello que me hace feliz.  Uno de sus amigos me deja sin uñas, el otro hace que se me caiga el pelo.  ¿Por qué vienen? ¿Todos los tienen? ¿O sólo les gusta meterse conmigo porque mi cabeza los aguarda y alimenta?  Ellos salen y se llevan mis lágrimas, mis uñas, mi pelo. Luego de llevarse todo eso, creo sentir tranquilidad, pero se que no es así. Van a volver, como de costumbre, haciendo latir más rápido mi corazón, haciendo que no pueda diferenciar quién soy.  ¿Se quedan y los ignoro? ¿O los ign...

Microrelatos

 "Gracias, Ulises" Un día me clavaron una lanza en mi único ojo, y me cerraron la visión. Pero me abrieron la mente hacia un mundo lleno de odio y rencor.  Flor(era) Solía vivir al Sol como una bella flor. Dando oxígeno, dando vida.   Hasta que un hombre decidió cortarme y dejarme desnuda dentro de una bolsa en un oscuro callejón.  Pichón explosivo Nunca le conté esto a nadie, pero, ¿sabías que puedo volar? Mirá.   Fue entonces cuando el pichón se lanzó y acabó con la vida de miles de dinosaurios. Es(pera)r Dos peras se encontraron en la estación del subte.  --¿Hace mucho que espera?-- le preguntó una a la otra.  --En realidad, todavía no sé qué soy...-- Irse pero convertirse --¿Por qué te fuiste?-- --No sé, pero no quería estar más ahí arriba. Entonces me lancé al río para darle fin a todo, pero acabé uniéndome a él.-- Las tijeras de Átropos. Creí haber visto a Átropos a lo lejos con su amenazante tijera en la mano, pero como no me llegó una...