Primera Carta
En un campo de rosas.
Afrodita:
Querida diosa, hermana, amiga; me encuentro ante
tus rosas despojándola de sus pétalos para saber si me quiere o no me quiere. Guíame
en esta travesía por la corriente de la juventud.
Te saluda,
Una enamorada en duda.
Segunda carta.
En casa.
Afrodita:
Aún no entiendo si me presentás un Hefesto o un
Ares; o si debería enamorarme de uno para luego tener aventuras con otros,
tomando de ejemplo tu trayectoria.
Ya me quedé sin flores para cortar pétalos. Estoy
a la espera de una señal, una indirecta por twitter, o un like en una historia
de Instagram. ¿Cómo se hace el cortejo ahora?
Sólo te pido que me quites esta soledad que
llevo encima. Que me permitas enamorarme y trazar mapas en la espalda de
alguien.
Te saluda,
Una expectante del amor.
Tercera carta.
En la cama.
Afrodita,
Conté estrellas y te busqué entre ellas.
Busqué tus manzanas, o las flechas de tu hijo
Eros, como forma de esperanza.
Pero nada.
Todo aún vacío.
Mi corazón solitario.
Ni un like desprevenido.
Diosa, ¿de quién soy merecedora de amor?
Te saluda,
Una más del montón.
Cuarta carta.
En todos lados.
Afrodita,
Ya casi me doy por vencida.
Te esperé.
No viniste.
Compré más flores. Los pétalos se cayeron,
¿acaso simbolizan que jamás encontraré el amor?
Te saluda,
Una decepcionada.
Quinta carta.
Mucho después.
Afrodita,
Ya no te necesito.
Me encontré a mí.
Me enamoré de mis imperfecciones y de mis cicatrices;
cayendo casi en la tentación de ser como Narciso.
Justifiqué todos los pétalos caídos en los abrazos,
en los relicarios, en los ojos de mis amigas y en la sonrisa de mi abuela.
Mujeres que me inspiran; que me aman, que me
cuidan.
Hasta siempre, Afrodita.
Para cuando tus flechas intenten romperme el
corazón con algún hombre que solo se
quiera aprovechar de mis risas y de mi tiempo, tendré puesta una coraza, que me
permitirá jugar con picardía, a esto que a todos los vuelve locos: el amor
recíproco.
Te saluda,
Una seguidora diferente.
Comentarios
Publicar un comentario