Para hacer un buen silencio, primero se debe estar bien predispuestos a hacerlo.
Luego, buscá un lugar para recostarte, apagá la luz, sacate los auriculares, y escuchá el viento golpear tu ventana.
Ahora cerrá los ojos y pensá. Pensá lo más que puedas. Agotá todos tus pensamientos, y si lo logras ¡felicidades, alcanzaste el sielncio!
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