En el mundo del reves, podría llegar a Europa sin tener que atravesar un océano.
En el mundo
del revés, las mariposas se transformarían en orugas.
En el mundo
del revés, haría viento fresco en verano y un Sol acogedor en invierno.
En el mundo
del revés, me saldría el trompo abajo.
En el mundo
del revés, no me gustaría tanto el rosado.
En el mundo
del revés, los libros empezarían en la página 445 y terminarían en la página 1.
En el mundo
del revés, el cien pies no tendría pies.
En el mundo
del revés, no existiría un renacer.
En el mundo
del revés, el Limonero daría frutillas.
En el mundo
del revés, podría tomar mate en la clase de Lengua.
En el mundo
del revés, en el revés del mundo, me encuentro buscando mi revés, intentando evadir
mis parámetros de la normalidad sin sumirme en una quisquillosa oscuridad que
quisiera ocultar todo aquello que es paranormal.
En MI mundo
del revés, no existe una sola manera de ver; todo me queda más cerca, y tengo siempre
algo en mis pies. En mi mundo del revés, los patines son más baratos, tengo
menos moretones y una chocolatería cerca.
En mi mundo
del revés, hay lugar para la reflexión; y en mi mundo de “no-revés” también la
hay, sin embargo, ¿están preparados para la rebeldía que el revés nos quiere
mostrar?...
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