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Mostrando entradas de febrero, 2025

VerSoS

  Escapate, No te quedes acá, No hay futuro, No hay oportunidad. No te molestes en echar raíces, Si terminarán por arrancártelas, Como hicieron siempre, Con lo que dice ser originario.   No dejes moverte Qué te frena a continuar, No la escuches a la luna Puras mentiras te traerá.   Confía en lo tuyo, En los procesos, En las mentrias, En los retrocesos.   Buscate adentro, No repitas Discurso deshilachado Mate lavado Cacofonía necesaria Para el texto sentido Sensitivo Sensible Sabio S S S Qué linda letra.   Pluralismos Discursos de muchos Ideas de pocos Repeticiones de cuántos. PoemaS libroS todo lo lindo viene en cantidad para disfrutarlo en momentoS que no son míos. No son más Que versos Que se unen Entre renglones saltarines Que encuentran cohesion En la página en blanco, Que encuentran coherencia En quien necesita escucharlo. TextoS Que acarician la vista ...

Día 236

La rama golpea la ventana ante los fuertes soplidos de Jakaira hacia la tierra. Tildada. En pausa. Mientras el mundo gira para que no estemos quietos. Pero su mundo está en blanco y negro. Es como si todo alrededor estuviese suspendido en una vorágine de palabras por decir. Excepto por la rama que golpea la ventana. / Día dos. Tuvo que salir de la cama. Tenía que bañarse.   Día tres. Miedo. Sólo eso es capaz de sentir   Día cuatro. Corta la rama para que no se siga azotando.   Día doscientos treinta y seis. La rama creció Vuelve a golpear Ella pensó olvidar Su suplico de perdón. Pero sigue ahí Golpeando la ventana de su corazón Expectante por ese pedido de disculpas Que trata de podar Para no dejar raíces. Pero no sabe Que la falta Se siente en el pecho, Que los secretos se guardan en la garganta, Que el poema roba el pensamiento. Pero al perdón? A ese no hay dónde meterlo. Divaga, libre En forma de rama Go...

La vela

El verano trae algo mágico de lo que pocos hablan: los cortes de luz provocados por las tormentas que aflojan el calor. Sé que no se comprende lo mágico de un suceso que parece ser tan trágico en el día a día ya que nos hace desconectarnos de los alrededores para estar ahí, en silencio, en casa. Quizás por eso incomoda tanto. El otro día me cortaron la luz. Mientras me bañaba observando la llama de la vela que bailaba al ritmo de los movimientos del viento; me percaté que las personas somos como el fuego. Y no lo digo al estilo Galeano. Y es que, parecemos estar firmes, pero ante los primeros soplidos amagamos a apagarnos. Pero pocas veces transciende el amague porque volvemos en esa velita a ponernos firmes para luchar contra cualquier ráfaga. Trasladar una vela de una habitación es un arte cuidadoso, como temiendo que si se apagara, no podríamos jamás volver a encenderla. ¿Cómo nos trasladamos a nosotros mismos? ¿podemos volver a encendernos? La tormenta responsable del cor...

¿Y qué vas a hacer después?

  Qué chistoso me resulta el momento de tensión entre: “pasé a 5to año” y la intimindante pregunta de “aah, y qué vas a hacer después?”. Es menos de un segundo de duración, pero siempre le presto atención a los detalles del alrededor de la pregunta. Si no me fallan los cálculos son dos miradas rápidas a los costados, tres choques de las hojas del bananero en un día con un viento considerable; cuatro gotas de lluvia en la baldosa de enfrente y 6 revoloteos de un colibrí. En ese tiempo pienso ¿Acaso los adultos no se enteraron que el consultorio del “después de 5to año” se abre en marzo cuando comienzan las clases? ¿Y qué se supone que te responda en el consultorio? ¿Cómo que qué voy a hacer? Es obvio que lo mismo de ahora pero en otro lugar y con otras personas. Voy a seguir siendo yo, cambiante, inquieta y curiosa. Voy a seguir tomando mate a la tarde y el café lo voy a seguir queriendo con una cucharadita y media de azúcar. ¿Pero qué voy a hacer después? No sé y me da mi...

Insomnio

  ¿Cuántos pensamientos caben en una noche de insomnio? ¿Cuántos amores fallidos se recrean en nuestras mentes? ¿Cuántos episodios de meditaciones guiadas son necesarias para aclamar al sueño? Anoche no pude dormir. Me fui a acostar con los ojos queriendo rozar las pestañas inferiores. Y en cuanto di una última bocanada de aire antes de sumergirme en los sueños que darían pie a mis cuentos al día siguiente, fue como si los grillos me hubiesen inyectado una dosis de cafeína con sus cantos. Recordé esas palabras de despedida, lo mucho que me costó dejar esa amistad ir, escuché el sonido de las estrellas y analicé el tacto de cada hilo de mi sábana. Y nada, el sueño no aparecía. Cuando el sol se atrevía a salir, me levanté a la cocina para ver si por alguna casualidad el amanecer me permitía verlo, sin embargo, las nubes frustraron mi deseo. ¿Cuántas personas nubes tenemos en nuestras vidas? Un pensamiento se engancha a otro y a otro y así se hicieron las seis. Agarré un...

Me harté de confiar

Ya casi sin lágrimas me abrazo al relicario que tengo colgado alrededor del cuello.   Confía confía confía . Me digo en un susurro. Pero en realidad, me harté de confiar. Me harté de confiar en vos y en tus “vamos viendo”. Me harté de confiar en tus promesas de madrugada y tus incoherencias a la mañana. Me harté de confiar en lo que decías. En lo que soñabas. En lo que imaginabas. Me harté de confiar. Y es así, te lo tengo que decir. Esto de ir hablando y un “vamos viendo” no me sirve de nada. ¿No te das cuenta de la falta de sensatez en tus palabras? ¿No te cansas vos también del ciclo: like en una historia, un piropo barato, una charla vacía, y vuelta a la vida? Yo confié, porque me lo dijo todo el mundo, menos vos. ¿Sos capaz de pronunciar algo más allá del  “sos muy linda” o “me haces reír”? Dejame decirte que tu profe de lengua fracasó enseñándote adjetivación. Pero yo confié. Cuando todo marchaba bien me segué por esos recuerdos que quise revivir, y cegada ante la incert...

mi amiga

La gente común guarda los secretos en la garganta. Los anuda. Los tensa cuando alguien comienza a intentar desenmarañarlos. Pero mi amiga, los guarda más adentro. Ni su mamá fue capaz de entender por completo lo que padeció aquella noche. Fuimos al boliche, casi nunca íbamos, pero esa noche una fresca revolucionaria nos impulsó a no quedarnos acobijadas bajo el aire acondicionado. A las 4 se desvirtuó todo. Perdí a mi amiga de vista, pero supuse que era algo común, habrá ido al baño, pensé. La imagen de Camila haciendo contacto visual conmigo minutos antes no la borraría jamás de mi mente. // Semidesnuda inconsciente al costado del boliche. Ahí la encontré con el patova que me ayudó a buscarla. // Camila no guarda el secreto de su violación en la garganta. El útero no sirve solo para concebir vidas, sirve también para guardar secretos.   Hay muchas Camilas ahí fuera que, como mi amiga, deben vivir con el temor de cruzarse a su agresor en el supermercado, e...

Cartas a Afrodita

    Primera Carta En un campo de rosas.     Afrodita: Querida diosa, hermana, amiga; me encuentro ante tus rosas despojándola de sus pétalos para saber si me quiere o no me quiere. Guíame en esta travesía por la corriente de la juventud. Te saluda, Una enamorada en duda.   Segunda carta.   En casa. Afrodita:   Aún no entiendo si me presentás un Hefesto o un Ares; o si debería enamorarme de uno para luego tener aventuras con otros, tomando de ejemplo tu trayectoria. Ya me quedé sin flores para cortar pétalos. Estoy a la espera de una señal, una indirecta por twitter, o un like en una historia de Instagram. ¿Cómo se hace el cortejo ahora? Sólo te pido que me quites esta soledad que llevo encima. Que me permitas enamorarme y trazar mapas en la espalda de alguien. Te saluda, Una expectante del amor.   Tercera carta. En la cama. Afrodita, Conté estrellas y te busqué entre ellas. Busqué tus manzanas, o l...