Todo tiene perspectivas. Lo primero que pienso al oír esta palabra es en un trabajo que tuve que hacer para plástica en la primaria, donde tenía que dibujar una casa que se viera a lo lejos en una hoja plana. Creo que esta consigna esta equivocada, pues la perspectiva no siempre es mirar hacia lo lejos, y mucho menos es plana.
La perspectiva es una lupa y es un catalejo, es
una novela, es una canción, somos nosotros. Nosotros somos perspectiva. Porque podemos
mirarnos hacia dentro, hacia afuera y hacia lo lejos. Podemos hacer zoom en aquello
que no nos gusta de nosotros, le sacamos una foto pero jamás la publicaríamos,
después de todo, ¿a quién le gusta mostrar sus defectos?
La perspectiva es necesaria para pensar acerca de
lo que está más allá, pensar sobre la otra cara de la moneda, y para poder dar
vuelta la hoja y volver a arrancar.
Algunos tienen solo una perspectiva, sean
grises o azules, no les gusta ver el mundo con otra lupa. A mí, en cambio, me
gusta tener un cajón llena de lupas; pequeñas, grandes, y de muchos colores e
ideas variadas. A menudo uso la lupa de la creatividad, es de mis favoritas,
porque con ella puedo ver lo que sea y sacar alguna idea creativa. Otra lupa
que me gusta mucho es la de los Derechos Humanos, aquella que me sirve para identificar
situaciones y poder accionar al respecto, aquella lupa que me ayuda a construir
un mundo un poquito mejor. Tengo mi lupa de crítica y mi lupa de empatía, las
lupas no son estáticas, al ser dinámicas cambian todo el tiempo, algunas se van
y otras llegan a reemplazarlas. A veces permanezco con una lupa mucho tiempo,
¿es esto realmente bueno?
La perspectiva afirma que no existe lo bueno ni
lo malo, que todo depende de cómo lo miremos, que todo tiene una razón, todos tenemos
una perspectiva….
Comentarios
Publicar un comentario