A veces me pregunto, por lo general los 21s de Septiembre, por qué tenemos el día del estudiante.
Primero indago
internamente sobre si debería ser en singular o en plural el festejo, somos “el
estudiante” o “los estudiantes”. Con el primero, parecería ser que estamos
todos dentro de la misma bolsa; y aunque solemos estar dentro del mismo aula, cada
estudiante es diferente.
Están los “6
es nota y lo demás es lujo”, y los que “si no es 10, ¿para qué rendí?. Están
los del machete en el banco, y los de cuatro horas de estudio desvelado.
Los ojeras
con información, y los despeinados por la fiesta de la noche anterior.
Los que se
portan “bien” y los que se portan “mal”. Los que hablan y no retienen el dictado,
y los que soplan la respuesta en la exposición de Historia.
Los que
juegan todo el rato, y los que no pueden dejar de tomar apuntes.
Los que odian
Biología y los que les atrapa Inglés.
Los de
sueños grandes, los universitarios, los ancianos.
Estudiantes
somos pocos, aprendices somos todos.
Queridos
estudiantes, aún no entiendo si su día se festeja para honrarlos por “todo su
trabajo” o si es sólo una excusa para hacer un picnic en la hora de italiano.
Para los que
se machetean, para los que se toman dos litros de mate estudiando, y para los privilegiados
que pueden estudiar con reggeaton de fondo, feliz día. Que las notas no los
encasillen, y que disfruten el proceso de aprendizaje, ya que todos somos estudiantes
de la misma maestra: La vida…
¡Gracias por leerme! Te invito a dejarme tu opinión y seguirme en redes sociales.
Instagram: @de.orguas.a.mariposas
Comentarios
Publicar un comentario